Protesta feminista del 16 de agosto 2019 en Puebla. Foto: Teresa Villaseñor

[BigDataSur-COVID] La otra epidemia: Los feminicidios que no se cuentan

by Teresa Villaseñor

Antes del Covid-19, México ya sufría otra epidemia que durante el 2019 reclamó miles de vidas: los feminicidios. ¿Qué están haciendo las mujeres mexicanas para visibilizar la violencia de género en tiempos de cuarentena?

English abstractAs the COVID-19 virus spreads across Central America, another pandemic remains under the radar: domestic violence, which worsens as a consequence of the lockdown induced by the pandemic. This blog post explores the efforts of Mexican women to raise awareness of gender violence, reflecting on how data activism is helping to make this happen.

Mientras la pandemia provocada por el Covid-19 avanza en Latinoamérica, existe otra pandemia que sigue invisible: la creciente cantidad de casos de violencia de género que arrasa en México. Los números siguen aumentando, como la consecuencia no deseada de la cuarentena impuesta por el gobierno para combatir el contagio del virus. Esta violencia de género es la otra epidemia que lleva años cobrando vidas en México. ¿Qué están haciendo las mujeres mexicanas para visibilizar la violencia de género en tiempos de cuarentena?

Violencia de género en México y la movilización feminista

La violencia de género ya era una epidemia en México cuando se dieron los primeros casos positivos de Covid-19 en el país. Durante el 2019 asesinaron a 3,825 mujeres, cifra que la geofísica María Salguero ha rastreado a través de su mapa de feminicidios, el cual se nutre de los asesinatos a mujeres reportados en la prensa, proyecto que lleva desde 2016. Es decir, en México se asesinaba por lo menos a diez mujeres al día. Cabe notar que estas no son cifras oficiales gubernamentales, las cuales difieren mucho de las de este proyecto generado por la ciudadanía.

En febrero de este año las redes sociales se llenaron de los hashtags #JusticiaParaTodas y #CosasQuePasanPorSerMujer. La sociedad mexicana se había enfurecido por los asesinatos de la pequeña Fátima e Ingrid Escamilla. El caso de Fátima se trató de una niña de 7 años secuestrada, asesinada y mutilada por sus vecinos. Ingrid Escamilla fue una mujer asesinada y mutilada, cuyas imágenes del cuerpo sin vida fueron publicadas en varios medios de comunicación. Como resultado, las fotografías fueron compartidas en las redes sociales. Esto causó que muchos usuarios etiquetaran fotografías hermosas con el nombre de Ingrid Escamilla, para “limpiar” su nombre y hacer que se perdieran las imágenes publicadas por los medios de comunicación amarillistas.

Este año, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue muy especial para las mexicanas. Ese día salieron a la calle cientos de mujeres para protestar contra la violencia de género, un problema que lleva años en la sociedad latinoamericana y que cada vez parece empeorar. Las manifestantes demandaron un cambio en la estructura social para que ya no se permita la violencia sexual, exigieron igualdad de género en las políticas públicas y la no impunidad a los agresores, y la transparencia en los datos sobre violencia de género.

Hasta ese momento, todo el cambio que se había logrado venía desde las mismas sociedades, de las mujeres reunidas bajo un objetivo y sin el apoyo del gobierno mexicano.

Cuatro días después, el 12 de marzo, se declaró la pandemia mundial, y en México el 20 de marzo el gobierno federal declaró la cuarentena. Pero esto no fue lo peor para las mujeres mexicanas. La mayoría de los casos de violencia de género se dan en los hogares, y ahora muchas mujeres se vieron obligadas a estar encerradas junto con sus agresores.

Sin mecanismos para frenar la violencia de género durante la pandemia

En México se están haciendo esfuerzos para frenar el contagio de Covid-19, pero no existen mecanismos para frenar la violencia doméstica de género. Esto hace que las mujeres mexicanas no sólo tengan miedo de un contagio, sino que también aumenta el miedo a sufrir violencia en sus casas, sin contar el número de mujeres que viven en condición de pobreza. 

En el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (BANAVIM), se declaró que del 20 de marzo al 2 de mayo se registraron 19,602 agresiones contra la mujer, y el 90% de estas agresiones fueron cometidas por personas que viven bajo el mismo techo. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) mencionó que durante el mes de marzo se recibieron 64,858 llamadas al 911 debido a violencias contra la mujer, con un aumento del 23% en comparación con el mes anterior. 

Esto indica que cada día de cuarentena se denuncian de manera formal 490 casos de violencia, uno cada tres minutos. Este cálculo no cuenta el número de casos que se dan en casa y no son denunciados a las autoridades. Hasta el mes de abril se declararon al menos 210 feminicidios en el país.

Todos los esfuerzos que se han hecho para medir el índice de contagios de Covid-19 han desviado la mirada al problema que afectaba a las mujeres desde hace años. La crisis provocada por la pandemia Covid-19 es más visible porque ocurre a nivel mundial y se compara a México con otros países. De esta manera, los recursos gubernamentales han sido recortados de los programas de violencia de género para darlos a la infraestructura en el sector salud, a pesar de que la violencia contra las mujeres sigue creciendo.

Las respuestas desde abajo

Como ahora están prohibidos los eventos masivos, las marchas y las protestas como las ocurridas el ocho de marzo, la mejor opción para las mujeres mexicanas es recurrir al activismo digital, como se vio en los casos de Fátima e Ingrid Escamilla. El 6 de mayo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue cuestionado sobre las políticas contra la violencia doméstica durante la cuarentena. López Obrador negó que los índices hubieran aumentado. Los días posteriores, diversas organizaciones feministas como Brujas del Mar y Luchadoras alzaron la voz, y junto con otras asociaciones de derechos humanos hicieron declaratorias públicas en sus redes sociales.

Desde el lunes once de mayo, muchísimas mujeres se unieron a exigir que se visibilice la violencia de género doméstica bajo el hashtag #NosotrasTenemosOtrosDatos, para pedir transparencia en la identificación y publicación de casos de violencia doméstica en todo el país.

Debido a la pandemia, el activismo de datos -es decir el uso estratégico de información para generar un cambio social- es cada vez más relevante y necesario para visualizar todos los problemas que enferman a la sociedad, no sólo las infecciones de Covid-19 sino también las otras epidemias como la violencia de género.

 

Teresa Villaseñor es feminista, bibliotecóloga y actualmente es estudiante de la maestría en Desarrollo Económico y Cooperación Internacional en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.