Fotos de la campaña digital

[BigDataSur-COVID] La marcha digital de las madres de los desaparecidos en México

[EN] Mother’s Day is the symbolic anniversary for the Mexican desaparecidos’ mothers. During that occasion they protest and show their anger and pain in front of the institutions and national and international public opinion. This posts highlights their efforts to reaffirm the need for justice and truth during the coronavirus pandemic, and to protest while obliged to stay at home and maintain social distancing.

[ES] Cada 10 de mayo, durante el Día de la Madre, miles de madres mexicanas manifiestan en las calles y en las plazas por sus hijas e hijos desaparecidos. Debido a la pandemia, este año tuvieron que organizar la “Marcha de la Dignidad Nacional” de manera diferente. Pero ¿cómo lo hicieron? ¿Qué papel cumplió la tecnología?


by Thomas Aureliani

La propagación del coronavirus y las medidas restrictivas implementadas por los gobiernos de todo el mundo están teniendo un fuerte impacto en las formas de movilización. En México, las medidas de distanciamiento social y la interrupción de muchas actividades “no esenciales” están impidiendo que muchos familiares de desaparecidos salgan a buscar a sus seres queridos y a expresar públicamente su ira y dolor. Además, la cuarentena parece haber causado una disminución del trabajo, ya muy retrasado e ineficaz, de las instituciones encargadas de desarrollar las investigaciones y de la búsqueda de los más de 61 mil desaparecidos reconocidos oficialmente por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. De hecho, el país está experimentando una crisis humanitaria sin precedentes debido a la llamada “Guerra contra el Narcotráfico”, inaugurada por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y continuada por el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018). La violencia vinculada a la militarización de la seguridad pública, el narcotráfico y los enfrentamientos por el control de territorios ricos en recursos estratégicos han despoblado enteras regiones de México. Muchos de estos territorios están sujetos al poder de las organizaciones criminales paramilitares que operan de forma autónoma o con la colaboración de las instituciones estatales, exacerbando los niveles endémicos de corrupción e impunidad que ya caracterizaban al país latinoamericano. Estos conflictos han causado más de 250 mil asesinatos en 12 años y una serie de violaciones de los derechos humanos, como por ejemplo las ejecuciones extrajudiciales, torturas y, de hecho, desapariciones. Estas últimas son perpetradas por agentes estatales y organizaciones criminales, y las víctimas pueden ser personas con o sin alguna militancia social o política, sospechosos por cualquier circunstancia o señalados por funcionarios públicos de los diferentes gobiernos de pertenecer a bandas del crimen organizado. Las desapariciones pueden afectar indistintamente a hombres y mujeres, niños y niñas, personas indígenas, campesinas, estudiantes, migrantes, defensores y defensoras de los derechos humanos, e incluso funcionarios estatales.

Resistencia civil

En respuesta a este contexto de violencia se han desarrollado diferentes formas de resistencia civil, movimientos, asociaciones y redes dedicadas a la defensa de los derechos humanos de las víctimas y de sus familiares. El 10 de mayo de 2012, el Día de la Madre, colectivos de familiares y organizaciones civiles del Noreste del país convocaron por primera vez la “Marcha de la Dignidad Nacional, Madres buscando a sus hijos e hijas y buscando justicia”, que se convirtió en el evento colectivo más importante para los familiares de los desaparecidos, especialmente para las madres. Año tras año, más y más madres, padres, hermanas, hermanos, hijos e hijas, abuelos y abuelas se han unido a esta marcha. Se han agregado también los comités y asociaciones de familiares de los desaparecidos de la “Guerra Sucia” de los años ’60 -’70 -‘80, décadas en las que el estado autoritario mexicano hizo desaparecer a los activistas políticos, estudiantes y trabajadores que se oponían al régimen. Pero no solo eso: cientos de asociaciones, ONG y organizaciones internacionales dedicadas a la protección de los derechos humanos como Amnistía Internacional, la asociación italiana antimafia “Libera”, la Cruz Roja Internacional o la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos cada año se unen a las voces de las madres.

El impacto simbólico del evento es muy fuerte: las madres se reúnen y manifiestan que el 10 de mayo no hay nada que celebrar. Los 10 de mayo ellas desfilan con fotos de sus desaparecidos impresas en las playeras o en grandes pancartas. La gran mayoría de las madres todavía no ha encontrado a sus seres queridos y esperan tanto la verdad como la justicia y la reparación integral de los daños causados por la desaparición de sus hijos y hijas. Muchas madres sufren por la cuarentena porque no pueden salir, armadas con palas y rastrillos, a excavar en los territorios donde suelen encontrar fosas clandestinas y donde se supone que hay miles de cuerpos abandonados o restos humanos. No pueden seguir presionando a los órganos de gobierno y justicia, no pueden participar en las reuniones, conferencias, cursos de capacitación para aprender cómo buscar. Y sufren porque este año la Marcha no se ha podido organizar.

Por este motivo, el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México ha organizado una gran movilización digital durante la pandemia. Cabe señalar que el Movimiento se creó en marzo de 2015 con el propósito de redactar la la primera Ley General en materia de desapariciones en México, y hoy reúne a cientos de colectivos de familiares y organizaciones civiles que luchan por la correcta implementación de la misma Ley (las historias y actividades de estos colectivos, así como las noticias sobre el Movimiento se pueden encontrar en el sitio web). Con los años, el Movimiento se ha convertido en el principal referente nacional sobre el tema de las desapariciones a través de la presión política y de las manifestaciones públicas.

Marcha digital

Gracias al apoyo de algunas organizaciones civiles con mayor experiencia en el campo del activismo digital, el Movimiento ha impulsado muchas campañas a través de las redes sociales donde exige búsqueda efectiva de los desaparecidos, verdad, justicia y no repetición de los hechos criminales. Una de las primeras y más simbólicas campañas fue el lanzamiento del hashtag #SinLasFamiliasNo, que tenía el propósito de señalar la necesidad de involucrar a los familiares de víctimas en los procesos de redacción y implementación de la Ley a nivel federal y local. La participación activa de ellos siempre ha sido una piedra angular del Movimiento: muchos familiares se han convertido en activistas y defensores de los derechos humanos reconocidos a nivel nacional e internacional.

Este año la Marcha se ha desarrollado necesariamente en forma digital con el objetivo de “tomar las redes sociales”, igual que las calles y las plazas durante todos estos años de lucha: con dignidad, fuerza y un amor incansable. Las familias quieren decir que a pesar del coronavirus no se detiene ni su necesidad de justicia ni la búsqueda de los desaparecidos. Añaden también que México sigue viviendo una emergencia humanitaria en la que hay miles de cuerpos no identificados esperando de ser nombrados y devueltos a sus familiares. En un comunicado, el Movimiento ha invitado a todas las personas solidarias a enviar o publicar en redes sociales su propia imagen usando un cubrebocas con la leyenda: “¿dónde están?”; videos mensajes o piezas artísticas utilizando el hashtag #CorazonesEnMarcha. La movilización digital tuvo mucho éxito: miles y miles de mensajes, vídeos y fotos inundaron la red y contribuyeron a sensibilizar a la opinión pública y a visibilizar la tragedia. Las fotos de perfil se actualizaron con el motivo creado por el Movimiento.

Unos de los banners para participar en marcha virtual

Muchas madres compartieron con orgullo las fotos de sus hijos e hijas como ocurre cada año. Desde diferentes estados de la República, publicaciones con fotografías y música producidas por muchos colectivos se publicaron en Facebook, Twitter e Instagram. Manifestaciones de solidaridad vinieron también de ciudadanos comunes, mexicanos y extranjeros, y de organismos internacionales como Amnistía Internacional, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Comité contra las Desapariciones Forzadas y el Grupo de Trabajo de la ONU sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias. Además, se volvieron virales hashtags como #YoApoyoParaEncontrarles, #HastaEncontrarles, #NosHacenFalta y #10DeMayoNadaQuéCelebrar. Esta forma particular de movilización digital ha demostrado una vez más la fuerza de estos familiares, de las madres en particular: ellas no se detienen. Ni siquiera el virus más letal podrá detener sus espíritu de lucha y sus necesidad de justicia. Porque cómo siempre ellas dicen: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

 

Bio. Estoy terminando mi doctorando en “Estudios sobre Criminalidad Organizada” en la Universidad de Milán con una tesis sobre la movilización de los familiares de desaparecidos en México. Además, colaboro con el Observatorio sobre la Criminalidad Organizada – CROSS de la misma Universidad. Durante varios años he estudiado y investigado la situación mexicana y las formas de resistencia civil a la violencia que existen en el País. He desarrolado mi trabajo de campo en Coahuila (México) y Ciudad de México el año pasado, entrevistando y recolectando historias de vida de los familiares de personas desaparecidas del colectivo “Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila y en México – FUUNDEC-M”

Correo electrónico: thomas.aureliani [at] gmail.com
Twitter: @ThomasAureliani